Entresaco algunas frases de un email que recientemente me llegó de allende los mares, me dicen que son reflexiones tomadas de Jorge Bucay o de cualquier otro, porque este copia de aquí y de allí.
- Piensa primero en ti para pensar en los demás.
- Anticipa el puedo al quiero, para que el deseo no vea condicionado por la fantasia de una limitación de tiempos pasados, donde posiblemente otro yo anterior no podía, no sabía o no quería saber.
- Debes descubrirte (des-cubrirte), quítate la cobertura que te impide verte. Anímate y deja de lado las máscaras.
- Muestrate ante ti mismo y ante los demás tal como eres.
- Asume la responsabilidad de todo lo que eres; que incluye todo lo que haces y todo lo que dices.
Todo esto se puede resumir en vuelvete hacia ti mismo, pues en ti habita la verdad. San Agustín sigue teniendo toda la importancia y la novedad del ser siempre actual, del ser siempre fuente del conocimiento del yo. Si queremos conocernos, si deseamos ser los protagonistas de nuestras existencias, ya sabemos «donde beber».
Y ello porque tenemos que concedernos la libertad (¡eres libre!), es decir la posibilidad o el derecho que tenemos de elegir una, o más, alternativas que pueden presentarnos en un momento concreto.
Leí hace tiempo que la libertad es la capacidad de elegir dentro de lo posible.
Es asumir el costo de mis decisiones, independientemente si acerté o no. Y para ello hace falta coraje.
Y es entonces cuando se hace necesario el apoyo, la mano, la mirada complice, de un otro, que lo único que puede estar esperando es precisamente el resorte que le haga salir de su cueva para enfrentarse cara a cara con su propio miedo, y así, juntos, poder construir un nuevo camino, no pisado antes porque no existía.
Sólo existirá, si juntos, de la mano, ambos seres, se convierten en seres de luz, unidos en un solo pensamiento de acción: construir su propio camino, aunque simplemente sea una senda, o una «corredoira»; dependerá de ellos.
Rula, rula … ruliña