Los músculos de tu cuerpo se fortalecen en función de la resistencia que encuentran.
Y lo mismo ocurre contigo.
Utiliza la fortaleza que tienes y como consecuencia tendrás más aún.
Sal al encuentro de los desafíos y te estarás preparando para enfrentar desafíos más grandes aún.
Siendo fuerte te vuelves más fuerte aún. Porque siempre es posible ir un poquito más allá, y puedes hacerlo una y otra vez.
Avanza con firmeza y con cada paso que des te fortalecerás más y más y serás cada vez un poco más capaz.
Aunque quizás estés empezando bien de abajo, rápidamente empezarás a ver grandes resultados.
Quienes son fuertes no han llegado a esa condición por azar, mágicamente o a través de un misterioso proceso.
Quienes son fuertes se han hecho fuertes aplicando la fuerza que tenían, una y otra vez.
Y lo mismo puedes hacer tú.
He meditado en muchas ocasiones en aquello de donde está tu debilidad, está tu fuerza y donde tu fuerza, tu debilidad. Es quizá algo complicado, ¿o simple? de entender. Nuestras oportunidades radican en el hecho de hacer, pensar y sentir de una determinada manera. Lo complicado es que nuestra alma y nuestro mundo físico se complementen de tal manera que vayan en pos del objetivo marcado. ¡Y si no que se lo pregunten a eso de los biorritmos!.
De todos modos siempre hay un punto en común para poder realizar la tarea que nos hemos dado y repensando nuestros puntos fuertes podemos buscar las alternativas para encontrarnos en el otro amig@ caminante.
Rula, Rula … Ruliña