Ahora que ya comienzo mi jubilación activa me he propuesto ir dando alguna pincelada de mi trabajo como sociólogo clínico, esa frontera no permeable en algunas ocasiones, con mis «contrarios» que no enemigos, los psicólogos sociales.
Como mantengo alguna interacción con las alumnas (la población mayor) y los alumnos (resto de la población) de prácticas del despacho me he comprometido a ir escribiendo algunas cosillas sobre actuaciones que he tenido a lo largo de mi vida.
Comenzaré hablando de un programa que para algunas cosas puede ser «una bomba de racimo» (ya tendremos tiempo de hablar de esto en otro momento), pero para otras puede ser una gran ayuda.
Con la pandemia, algunas personas, especialmente jóvenes y adolescentes les costó retomar la presencialidad de las citas, por ello exploré algunas otras opciones como las videoconferencias, o el uso del Whatsapp. Posteriormente cayó en mis manos un libro de Gianmarco Manfrida y Valentina Albertini: «Psicoterapia on line», que para mí sigue siendo una inspiración y un refuerzo al camino que emprendí en su momento.
En este camino ha habido de todo, y hoy os voy a poner una respuesta a una consulta que se me hizo por WhatsApp para que podáis entender como esta plataforma también puede ayudar en la orientación.
Básicamente el tema era así:
Quería ir a su primer concierto con dos amigas, pero no sabía como plantearle la situación a sus padres.
Se me presenta alguien que me dice que es una chica de 16 (la foto del estado era alguien en un columpio). Me dice que vive en un barrio conflictivo de una ciudad de más de tipo mediano. Que nunca había suspendido, pero que no era «de las listas» (palabras textuales) y que no salía mucho (acababan de levantarnos el confinamiento).
No sabía como plantearle el tema a sus padres porque «siempre me dicen que no».
En el intercambio de mensajes me comenta que la madre es más dura y que al padre podría convencerle.
Pide ayuda para hablar del tema con sus padres. Me escribe a mi porque yo atendí un tiempo atrás a un primo en una de las fundaciones con la que trabajé un tiempo. El primo tenía buen recuerdo, aunque le dice que «soy muy duro».