Todo en la vida es transitorio

El otro día en el grupo de padres debatíamos sobre la transitoriedad de la vida. Y como el tiempo, en muchas ocasiones, se nos escapa de la mano. Hoy nuestros hijos van a todas partes con nosotros y mañana no quieren ni que nos vean con ellos.

Como tenía un día un poco complicado, les dije que les enviaría una carta que con su permiso comparto con vosotros.

Hola, padres y madres extraordinarios,

Reflexionemos sobre la transitoriedad. La frase clave es: «Todo en la vida es transitorio. Al aceptar que la pérdida es una parte inevitable de nuestra existencia, encontramos la paz en el cambio y valoramos más los momentos que compartimos.»

Entendiendo la Transitoriedad

Es verdad que nada dura para siempre, ni lo bueno ni lo malo. Aceptar esto es liberador y nos permite no aferrarnos demasiado a las cosas, mascotas o personas, sabiendo que cada experiencia tiene su tiempo y fin. Todo se encuentra limitado.

Relevancia para Nuestros Adolescentes

Nuestros chicos y chicas, nuestros «adorables» adolescentes enfrentan muchos cambios en su cuerpo, mente, amistades y responsabilidades. Enseñarles que la vida es transitoria, que las cosas van cambiando, incluso de hora en hora, les ayudará a manejar estos cambios con una perspectiva más amplia, evitando que se sientan abrumados cuando las cosas no salen como esperaban.

Aceptando la Pérdida

Aceptar la pérdida es difícil pero vital. Ya sea la pérdida de una amistad, una oportunidad o una mascota querida, enseñar a nuestros adolescentes que la pérdida es natural les proporciona herramientas emocionales para manejar el dolor. Esta aceptación no significa insensibilidad, sino encontrar fuerza y aprendizaje en cada experiencia. Como en algunas ocasiones me han oído ante la muerte de una mascota: no podemos controlar la muerte, pero sí cómo respondemos a ella. Les aconsejo dirigir su energía hacia lo que pueden influir: tu perspectiva, tu actitud y cómo honras , y honraras, la memoria de tu gato, de tu perro, de tu hámster… Esto es importante porque el vacío que nos deja puede ser sustituido pero no llenado. Ninguna otra mascota podrá rellenar ese hueco.

Paz en el Cambio

Aceptar que el cambio es inevitable nos brinda paz. Esta paz proviene de saber que cada momento, bueno o malo, tiene su propósito y su final. Sí tiene un límite que podemos, incluso, ponernos.

Ese cambio nos anima a disfrutar más del presente y a valorar los momentos que compartimos con nuestros seres queridos. Para nuestros adolescentes, esta es una lección transformadora.

Valorando el Presente

En un mundo donde todo parece ir rápido, enseñar a nuestros hijos a detenerse y apreciar el «aquí y ahora» es invaluable. Cada risa, cada conversación y cada momento juntos se vuelven más significativos cuando comprendemos que no durarán para siempre. Lo que una y otra vez repito: calidad, momentos de calidad con cada uno de nuestros adolescentes. ¡Que sepan que ese tiempo es única y exclusivamente para ellos!

Es decir:

La transitoriedad de la vida, cuando la aceptamos, nos ayuda a vivir con plenitud y menos miedo al cambio. Como padres, tenemos la oportunidad de enseñar esta sabiduría a nuestros adolescentes, preparándolos para enfrentar la vida con una perspectiva más sana y equilibrada.

El vídeo resumen en YouTube:

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