Retomamos la actividad en este inicio de septiembre caluroso. Tengo varias preguntas que personas en formación con nosotros han ido enviando que iré respondiendo por aquí o por el videoblog que vamos a empezar a construir.
Durante una de las sesiones sobre técnicas en terapia familiar debí crear un autentico caos, «una sopa de guisantes» como definí a la técnica. Voy a poner esto en en contexto.
Solemos hacer un taller práctico de unas cinco horas exponiendo algunos casos y vamos explicando las técnicas que desarrollamos en las intervenciones. Para aquellos que no sigan asiduamente este blog diré que intervenimos con individuos, familias, organizaciones, etc desde un «abordaje» sistémico, combinando ideas, interpretaciones y técnicas de las diversas aproximaciones sistémicas.
En ese taller estaba explicando una técnica que yo llamé de la sopa de guisantes, por lo espesa, porque siempre es de color verde y por mucho que la remuevas es díficil ver el fondo del plato. Es una técnica que De Shazer desarrolló, en la que el terapeuta admite abiertamente su confusión ante la confusión de los pacientes. Él la denomina «de la confusión».
¿Cuál es el objetivo?
El objetivo es frustrar, a los participantes en la sesión, en construir un significado en la situación terapéutica y, por lo tanto, resulte imprescindible el planteamiento de una meta, que es lo que da sentido a aquella situación.
Es una técnica tomada de Milton Erickson, y que nos sirve para poder trabajar con aquellos consultantes que no saben, no quieren o no pueden plantear un objetivo claro, dividido entre el hacer o no hacer. Yo puse el ejemplo de la madre que quiere castigar a un hijo o premiarle ante el mismo comportamiento y que te solicita que tu le indiques.
Es en ese momento en el que en la que el terapeuta admite abiertamente su confusión para provocar que ella, o ellos, planteen una meta, que es lo que dará sentido a la intervención.
A veces puedes encontrar esta técnica con el nombre del terapeuta dividido.
Buen trabajo