Desde hace cuatro años hemos establecido un grupo de ayuda mutua dirigido por mi. En este grupo trabajamos diversas situaciones con los adolescentes que lo forman. En la última sesión del grupo de este semestre, primeros de julio, y cómo no nos íbamos a ver hasta mediados de septiembre se me ocurrió plantear la pregunta que da origen a esta reflexión: ¿cuál es la mejor red social?
Hay que advertir que en este grupo hay chicos y chicas que tienen dificultades con las redes sociales, pero también hay adolescentes que tienen dificultades de otros tipos.
Se estableció un animado coloquio sobre cuál es la red social mejor: Tiktok, Instagram… El debate no carecía de altura con ideas y confrontos encontrados.
De pronto me quedé mirando a Luisa (nombre inventado) una de las últimas personas que entraron en el grupo, tengo que decir que viene por problemas de adicción a Internet y videojuegos, que estaba en un rincón, silla contra la pared y pies levantados del suelo, y le digo:
Luisa: ¿estás aquí?. Por primera vez en cinco o seis meses no me miró desafiante, simplemente meneó la cabeza y me espetó: “Tu, y tus preguntitas” … Se cayó como para tomar aire y de seguido soltó: Mira, nosotros ahora vamos a estar con nuestros papis … ¡Qué es lo que más nos gusta! (con ironía, con rabia). Dos p…. meses con ellos y sin el p…. móvil, ordenata, internet,… ¡Qué quieres que te digamos!”
Puede haber alternativas, dije. Hemos hablado de negociar con vuestros padres, de encontrar otras maneras de pasar el verano. Manu se va de nuevo al campamento con su grupo de scouts, Alegría ha decido ir a unas colonias de ingles, Javi va con sus abuelos al pueblo después de tres años…
¡Y yo! Estalló Luisa, a morirme a (da el nombre del pueblo) que tiene quince vecinos porque tu le has comido el tarro a mis padres. Allí no hay internet, solo vacas…
Antes que pudiera responder, Manu que también vino hace un año por problemas como los de Luisa y con un intento autolítico, le dice: Luisa, yo no he hablado pero iba a decir que la mejor red social es la mesa del parque que estuvimos el otro día, desde hacía mucho tiempo siempre que hablaba con alguien lo hacia a través del Whatsapp o de Instagram. Estábamos solos, ni siquiera estaba Luis y lo pasamos genial, y tu eres super divertida, nos hiciste reir a todos.
El grupo siguió por esta senda y al acabar el mismo y como cierre les dije que me habían dado una gran lección después de valorar todas las intervenciones.
En muchas ocasiones nos encontramos en un sitio donde alrededor de la mesa todos están mirando a la pantalla del dispositivo móvil y nos hemos olvidado del cara a cara, de las autenticas posibilidades del contacto que tenemos cada uno de nosotros, de la red de interacciones que podemos generar.
La mejor red social es una mesa a la cual podemos juntarnos todos y contar, o no, lo que queramos para sentirnos parte de un todo diferente.
Este es un buen momento para dejar las pantallas y mirarnos a los ojos y sonreír sin ningún “bozal” o “mascarilla”