Esta historia que voy a contar supongo que a muchos de los que nos hemos formado en sistémica nos resultará familiar. Pero hoy hablando con una persona que está haciendo prácticas en el despacho le ha llamado mucho la atención y me pide que la suba a la red para que pueda ayudar a otras personas interesadas en el pensamiento sistémico.
Cuenta Virginia Satir que le enviaron una paciente esquizofrénica de veintiséis años, a la que ya habían tratado sin éxito varios terapeutas. Al cabo de seis meses, cuando empezaban a notarse progresos en la terapia, llamó de repente la madre de la muchacha y amenazó a SATIR con presentar una demanda por «distanciamiento afectivo». Cuenta SATIR: «Por alguna razón, aquel día escuché dos mensajes en la voz de la madre: una amenaza verbal y una petición no verbal.
Decidí ocuparme de la petición y no hacer caso de la amenaza La invité a venir a verme, cosa que por aquel entonces era sumamente inusual. Sin embargo, la mujer aceptó la invitación. En el primer encuentro conjunto con la madre y la hija, a SATIR le llamó la atención que la paciente volviera a comportarse como en los primeros días de la terapia y trabajó un nuevo equilibrio con las dos. La pregunta por el padre condujo al siguiente paso en la ampliación del setting (entendido como el entorno en un sentido muy amplio). El comentario de SATIR al respecto refleja muy bien el clima que reinaba entre los especialistas: «En aquel tiempo los padres no se consideraban realmente como parte de la vida emocional de una familia, por ese motivo los terapeutas no solían pensar en ellos».
Cuando llegó el padre, SATIR experimentó un nuevo shock: «Tanto lamadre como la hija estaban en el mismo punto donde habíamos empezado». Si al comienzo había prestado atención al aspecto intrapsíquico de la hija y en el siguiente paso había percibido en la comunicación entre madre e hija importantes aspectos de la teoría de comunicación formulada años más tarde, ahora había descubierto el aspecto estructural del sistema, la tríada: alianzas, coaliciones, inclusión de un tercero en un conflicto oculto, etcétera. Al cabo de un tiempo, incluyó también al «hermano perfecto» (en ootros casos puede ser «la hermana princesa») de la paciente y trabajó con toda la familia un equilibrio que permitió finalizar la terapia con éxito.
En la década de 1950y1960, fueron sobre.todo tres institutos los que impulsaron el desarrollo mediante investigaciones sobre la esquizofrenia.
En la Upiversidad de Yale trabajaba un equipo dirigido por THEODORE LIDZ. En el National Institute for Mental Héalth (NIMH) de Washington investigaban LYMAN WYNNE y sus colaboradores. En Palo Alto se creó el MRI ecto BoorN 1981), fundado en 1959 por DON D. JACKSON, ]ULES RISKIN y VIRGINIA SATIR y en el que más tarde trabajaron, entre otros JAY HAlEY, PAUL WATZLAWICK, JOHN WEAKLAND y RICHARD FISCH (los primeros trabajos del MRI están recopilados por BATESON y otros 1969). Este instituto suscitó especial atención por los estudios sobre la esquizofrenia en el contexto social y en particular, por la teoría. del «doble vínculo».
¿De qué hablamos cuando hablamos de «doble vínculo»?
En primer lugar; una condición básica es que exista una relación estrecha de gran importancia para todos o algunos de los implicados (por ejemplo, para el hijo de una familia, pero también en otros contextos como la psicoterapia, la dependencia material, la enfermedad, etcétera). Al mismo tiempo, dicho contexto se caracteriza por cierta tensión, como la que conlleva
una «expectativa de castigo»: un contexto de aprendizaje que se basa más en evitar el castigo que en esforzarse por alcanzar la recompensa. En esta situación de tensión, una persona se ve expuesta a un mensaje paradójico o a un mandato paradójico. Paradójico, porque contiene dos señales incompatibles -por ejemplo, cuando alguien, apretando los labios, dice:
«¡Claro que te quiero! ¿O es que no lo sabes?».
Sea cual sea el lado del mensaje ante el cual uno reaccione, siempre cabe esperar un castigo. Los mandatos de acciones paradójicas se refieren a una conducta que es imposible efectuar, porque sólo puede surgir de forma espontánea:
«¡Quiero que te acerques a mí y me demuestres que me quieres!». O bien: «¿De qué me sirve ahora este ramo de flores? Sólo me lo has traído porque ayer te dije que nunca me regalabas flores. ¡Tendría que ser algo voluntario, espontáneo!».
Esta comunicación debe presentar otros tres aspectos:
- la prohibición de hablar sobre la situación (la metacomunicación se ha convertido en un tabú),
- la prohibición de salir de la situación y
- la omnipresencia de esta forma de comunicación, que crea la expectativa habitual de un «universo paradójico».
Según los autores de la teoría, en tales condiciones existe un contexto en el que es probable qüese produzca la. comunicación esquizofrénica (según BATESON y otros 1969, WATZLAWICK y otros 1969). La teoría del «doble vínculo» tuvo gran importancia en el desarrollo de la terapia de familia, pese a que hasta hoy sigue siendo discutida, aún no ha sido empíricamente demostrada y puede que tampoco sea demostrable (OLSON 1972).