En EE. UU. han descrito los comportamientos que tienen las personas que pasan largas temporadas confinadas en sus casas, cabañas, debido a tener que hibernar por el clima que les rodea.
Podemos decir que el síndrome de la cabaña es evitación de salir exterior después de un largo aislamiento, como el que se ha vivido tras el coronavirus es algo real como la vida misma.
Nuestros domicilios se han convertido en nuestros refugios. Pero ahora al volver a retomar la normalidad comienzan a aflorar miedos, angustias, situaciones que necesitan un acompañamiento, una nueva manera de acompañar, también.
Por ello hemos diseñado un trabajo específico sobre todo con adolescentes. Si necesitas ayuda, llámanos.