Técnica del banco de niebla

O cómo decía una buena amiga, es la técnica de Londres cuando hay “sopa de guisantes”.

Suele ocurrir que a veces recibimos una crítica inesperada, o nos parece que “nos están dando jabón” (nos están alagando) pero percibimos que nos manipulan. Es entonces cuando puedes utilizar esta técnica al estilo de “me he enterado pero ya veré lo que hago al respecto”, o como les digo a los adolescentes cuando trabajo esto con ellos: “ya pero a palabras húmedas, oídos impermeables”.

Cuando la modelamos (la trabajamos en la consulta) no lo hacemos con tanta violencia verbal. Sino más al estilo de dar la razón al contrario, en parte, pero dejando la decisión de actuar o no de nuestro lado. Es como avanzar en un banco de niebla: se ve, mejor dicho no nos deja ver del todo, pero se puede ir adentrándonos en ella poco a poco.

«Un banco de niebla es algo visible pero intangible. Cuando alguien intenta tocarlo o golpearlo no puede, se pierde en su propia inercia. Un banco de niebla dificulta el ataque del oponente. Resiste sin aplicar fuerza.»

  • Luis, es siempre la misma pelea con mi madre (“madre helicóptero”), tengo 22 años, estoy en el último curso, saco buenas notas. En cuanto termine puedo ir a trabajar con mi tío, pero no consigo que cuando vuelvo a casa no me esté esperando. Por ejemplo el sábado estaba viendo “una película a las tres de la mañana, y padre durmiendo”. Llego y lo de siempre:
  • MADRE: Hija, estas horas son muy tarde para llegar.
  • HIJA: Sí, mamá, llego algo tarde, media hora.
  • MADRE: Ya te había dicho que no puedes llegar más tarde de las 2:30

Habíamos trabajado en una sesión anterior para que no se liara la del “dos de mayo” y entonces la hija dice:

  • Mami, es cierto, me lo habías dicho. Lo estábamos pasando bien viendo una película en casa de Juan (amigo con derecho a roce que no le gusta mucho a la madre) y no pensé que fuera tan importante llegar media hora tarde.

Respuesta estándar de la madre:

  • Como sigas así te vas a echar a perder. De noche puede pasarte algo malo. (1)

Normalmente aquí el dos de mayo se transforma en la segunda guerra mundial. La escalada llega a su paroxismo, con gritos incluidos.

En la sesión anterior trabajamos una pequeña técnica para no responder inmediatamente (2) y conseguimos llegar a la frase “sopa de guisantes”, así que la hija le responde con la frase que ha modelado e interiorizado:

  • Mamá, puede que tengas razón. Quizá pueda pasarme algo. Yo me cuido e intentaré que no suceda nada malo.

Y se detuvo la guerra, en ese momento. En la mañana las hostilidades se retomaron en el desayuno, padre y hermana pequeña en el escenario. Vicky repitió una y otra vez la frase. Hasta que “el ausente” padre intervino poniéndose al lado de la hija. La guerra ha cambiado de bando.

Como alguien me dijo un día:

“Elige tus pensamientos, en vez de reaccionar a tus emociones”

Buen trabajo

Feliz comunicación eficaz y eficiente.

Notas:

Los nombres son inventados, la situación «real como la vida misma».

(1) Observación sistémica: descalifica la comunicación que hace la hija sobre su amigo.

(2) Antes de reaccionar detente, respira profundamente 5 veces, sonríe y responde con calma.

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