A veces, algunos alumnos me preguntan sobre qué preguntarse para poder analizar bien un conflicto. Suelo plantearles un árbol de decisiones que comienzan con la pregunta ¿esto que estoy viendo, escuchando, … es un conflicto?. A veces como broma les digo: “si dentro de dos meses esto sigue sucediendo, si es un conflicto?.
Dejando de lado la broma, pasamos a preguntarnos, si hemos resuelto que es un conflicto, quiénes son los implicados en el conflicto. Curiosamente cuando hablan de las partes en conflicto se suelen olvidar de las personas que indirectamente están involucradas o pueden ser parte de la solución, y ponen el acento en las personas que “aparentemente” están en la situación de conflicto.
A estas personas me refiero con cooperadores necesarios para el mantenimiento o para la gestión y/o resolución del conflicto.
El grupo de personas que pueden hacer que el conflicto se encuentre en estado latente o que siga eternizándose es lo que algunos compañeros denominan “espectadores”. Pero a mí ese término no me acaba de gustar como definición del grupo, fundamentalmente porque les hace “pasivos”, cuando en realidad son activos, en tanto y cuanto no se posicionan en una actitud responsable ante el “victimario”, “la victima” o la situación en sí misma. Son los cooperadores necesarios incluso cuando callan, o intentan hacer callar, ante cualquier tipo de confronto por parte de los adultos.
A veces son también los adultos los cooperadores necesarios porque no se implican, porque “no entran dentro de sus funciones” o intentan minimizar el hecho (o los hechos), cuando no encubrirlo.
Ser educador es también ser acompañante. Eso implica que hay que “estar presente”, esta acción nos compromete porque entonces aceptamos, entre otras cosas, ser modelos, con toda la responsabilidad que eso conlleva.
Los adolescentes con los que trabajo se llegan a quejar porque la función de guia de sus padres y profesores no la han asumido. Ellos son conscientes que están en un ciclo vital en el que tienen que probar, y entre las pruebas está la de «tentar a la autoridad». «saltarla», pero necesitan que alguién les diga…
Una compañera se reía recientemente de una conversación que mantenía con uno de ellos: él me planteaba que iba a venir de «empalmada» (se iba a una macrofiesta), le pegué un grito y le dije que «me importa un h…, pero tu a tal hora y tal día aquí». La compañera, que conoce la historia de este chico y su familia, afirmó que tenía claro que vendría (¡vino!), «Tio, es que te pusiste»… «Tu de verdad no te callas, …» Había sido victima de una situación de bullying y siempre prueba a los adultos…
Somos cooperadores necesarios para ayudar a solucionar las situaciones de conflicto