A raíz de los últimos intercambios que he mantenido en las redes sociales sobre el tema de los lazos de plástico amarillos, esos que en algunas ciudades del otrora Reino de Aragón han «florecido», y la virulencia con que he recibido algunos comentarios, me viene a la memoria lo que aconteció en el tribunal de tesis doctoral de Julien Freund.
Al concluir la exposición uno de los profesores del tribunal, Jean Hyppolite, sólo pudo expresar su abatimiento:
¡Si usted realmente tiene razón, no me queda mas que cultivar mi jardín!.
A lo cual Julien Freund respondió:
Como todos los pacifistas, usted piensa que debe ser usted quien designe el enemigo. Sin embargo, es el enemigo quien se lo identifica. Y si él quiere que usted sea su enemigo, usted ya puede hacer que las mejores propuestas de amistad. Mientras él quiera que usted sea su enemigo, lo será. Y él tratará de evitar que usted cultive su jardín.
Gracias profesor por recordarme algunas cuestiones fundamentales para mantener la paz de espíritu y sobre todo por mentarme los cafés de discusión sobre la «teoría de los cristales rotos».