Detente y piensa en todas las cosas buenas que tienes hoy.
Estás vivo, eres inteligente, efectivo, estás lleno de energía y tienes la capacidad de conseguir lo que te propones.
Claro que hay desafíos, y por supuesto algunas circunstancias podrían mejorar.
Sin embargo las oportunidades superan ampliamente a los factores negativos.
Tienes la posibilidad, este mismísimo día, de cambiar el mundo.
Para esta misma hora, mañana algo podría ser mejor, más valioso, menos problemático de lo que es ahora mismo, gracias a ti.
Algo puede mejorar porque tú tienes la capacidad de mejorarlo.
Puedes pensar, puedes actuar, puedes evaluar, hacer correcciones y perseverar hasta que esté bien. Si, algunas cosas quedan fuera de tu control.
Esa es la mejor razón para que hagas lo mejor que puedas con todo aquello en lo que si puedes influir y en lo que realmente puedes mejorar.
Tómate un momento para darte cuenta, de verdad, de todas las cosas buenas que tienes hoy.
Luego elige una de las mejores oportunidades a tu alcance y hazla realidad.
Es el fino arte de alinear los pensamientos, las palabras y los actos.
La habilidad única de ser integral, de forma que las demás personas se relacionen con uno sin temor que no se cumplan promesas hechas, o palabras habladas.
No significa ser rígido o moralista, pues una persona coherente no exige de los demás, sino que les da ejemplo de cómo actuar.
En un mundo donde los valores son cada vez más escasos, la coherencia permite la aplicación de estas cualidades humanas en la práctica.
Sin coherencia, no hay valores humanos.
El primero a progresar debe ser tu mismo. Muchas veces somos capaces de apuntar claramente la necesidad de otro progresar. Pr
ogresar es transformarse, ser mejor y evolucionar en la carrera de la vida.
Sin embargo, ¿cuántas veces nos miramos e incentivamos a nosotros mismos a progresar?
Nos olvidamos a veces de la ley de que solo podemos dar lo que realmente tenemos, nada más y nada menos.
Claro está que no podemos esperar hasta llegar a la perfección para ayudar a los otros, pero debe haber por lo menos un esfuerzo al mismo tiempo en este sentido.
El esfuerzo de cambiar partes profundas de nuestra personalidad y ser diferentes.