De Lao Tse
Quién conoce a los hombres es inteligente.
Quién se conoce a sí mismo es sabio.
Quien vence a los otros es fuerte.
Quien se vence a sí mismo es aún más fuerte.
Quien se conforma con lo que tiene es rico.
Morir y no perecer es la verdadera longevidad.
Sobre la maldad
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.
El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella.
Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.
El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.
Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás.
Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.
¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.
Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
Supongo que habrás adivinado que es de mi amigo Agustín, sí, el de Hipona
Rula, rula … ruliña