Pensamientos

La marioneta de trapo

Johnny Welch

Lo dice una marioneta de trapo:

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo, y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero, en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.

Dormiría poco y soñaría mas, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen, escucharía mientras los demás hablan, y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate…!

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando al descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón…. escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.

Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…

Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida… no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.

Convencería a cada mujer de que ella es mi favorita y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos, a mis viejos, les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes los hombres…..

He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado para siempre.

He aprendido que un hombre únicamente tiene derecho de mirar a otro hombre hacia abajo, cuando ha de ayudarlo a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero finalmente de mucho no habrán de servir porque cuando me guarden dentro de esta maleta, infelizmente me estaré muriendo….»

Palabras al aire

  • Cuando hay mucho por hacer, tratar de encarar todo al mismo tiempo puede resultar muy tentador. Sin embargo, sería extraño conseguir algo adoptando una estrategia semejante.
  • El esfuerzo más efectivo es aquel que se concentra en algo.
  • Haz una cosa y hazla bien, con total concentración, hasta que haya quedado completada.
  • Deja de lado tus pensamientos y preocupaciones respecto de lo que vendrá a continuación.
  • Pon la atención en la tarea que tienes entre manos.
  • Saltar de una cosa a la otra puede ser un desperdicio de tiempo, haciendo que el impulso que traías se diluya fuertemente.
  • Cuanto más haya por hacer, más importante será que realmente te concentres en tus esfuerzos.
  • Las acciones que lleves a cabo apurado y disperso, pocas veces te llevarán allí donde debas llegar siquiera un poquito más rápido.
  • Se paciente, mantente concentrado en una cosa a la vez y harás el mayor progreso que podrías hacer.
  • Dale a tus esfuerzos el poder de la concentración y del impulso. Y míralos generando resultados espectaculares.

Rula, rula … ruliña


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