En cada contratiempo yace la oportunidad de volver a intentarlo, y también la energía necesaria como para subir un escalón y pasar a un nivel incluso superior al anterior.
Cuanto más se estire la cuerda del arco, más rápido viajará la flecha.
Cuanto más presionado se vea alguien a retroceder, mayor será el potencial que desarrolle para avanzar.
Los contratiempos, cuando aparecen, parecen devastadores.
Y sin embargo, incluso en medio de la desesperación uno puede sentir la energía, lista y esperando ser aplicada en la dirección correcta.
Es verdad, esa energía puede hundirte más aún si tú lo permites.
Opta, en cambio, por utilizarla para avanzar.
En cada caída yace una oportunidad.
Aferrarte a ella y salir más fortalecido aún depende sólo de ti.
El éxito no es una función de la cantidad de veces que fracasas sino de lo rápido que te recuperas cada vez.
Si puedes recuperarte con la velocidad suficiente, los inconvenientes en realidad te impulsarán a avanzar.
Levántate de inmediato, y te darás cuenta de que has encontrado una gran oportunidad.
Gracias amig@ caminante del otro lado del charco. No se te olvida ni un instante.
Rula, rula … ruliña