Mejora tu arte de escuchar y los demás también te escucharán a ti.
En la medida que mejores la calidad de tu escucha, esto hará con que descubras y entiendas los secretos que las personas guardan dentro de su ser.
Pues una cosa es lo que te hablan; otra cosa es lo que realmente sienten.
Escuchar es oír con atención, amor y paciencia.
Es expresar su respeto hacia la realidad del otro ser.
Y verás, sorprendido, que mientras más escuches a los otros, ellos también tendrán la misma paciencia en escucharte.
Eso te hará sentirse mejor en la compañía de otras personas y permitirá que su vida sea llena de la belleza inherente de la amistad.
La tristeza es como una telaraña que no permite escapar y ser feliz.
Sin embargo, soy yo que elijo ser triste o no.
El mundo es como una obra teatral y yo decido si voy a ser partícipe de la tristeza y del pesimismo o quedaré al lado de la felicidad y optimismo.
Al darme cuenta de este poder que tengo – el de quedar o no triste – paso a dominar mi propia vida y mis emociones.