Muchas veces parece que nos estancamos, y otras en las que la vida se nos lleva por delante, cuando no te sientes mareado y a la espera y es entonces cuando aparece el «pasado». Hoy he recibido dos pensamientos que voy a transcribir
Deje de vivir en el pasado; lo pasado ya pasó y nada puede devolverlo ni modificar lo que ocurrió.
Inicie hoy, ahora, una nueva manera de sentir y de pensar. Aprenda positivamente de sus errores, pero no se quede en ellos.
No conserve (por ningún motivo) resentimientos ni rencores.
Perdone y perdónese usted mismo.
Los errores pasados son una carga muy pesada que nos impide avanzar en la vida.
Perdónese, perdone a los demás y olvide, así podrá crecer como persona.
Y el segundo nos advierte:
¿Quién de nosotros no se ha equivocado en esta vida?
Algunas cosas nos traen remordimientos, otras nos causan nostalgia, otras nos entristecen profundamente.
Con todo, no podemos quedarnos recriminando o hiriéndonos por los errores o pecados del pasado. Lo que pasó, pasó. Lo que importa es vivir el hoy; asumir la vida que tenemos ahora; evitar las fallas del pasado para construir un futuro mejor.
Analice este mensaje de Luis Homero:
«Si usted…
fue malo, pero se volvió bueno;
fue infiel, pero se volvió fiel;
fue desleal, pero se volvió leal;
fue tirano, pero se volvió justo;
fue enemigo, pero se volvió amigo;
fue vanidoso, pero se volvió sencillo;
fue arrogante, pero se volvió sereno;
fue orgulloso, pero se volvió humilde;
fue deshonesto, pero se volvió honesto.
Entonces, en vez de lamentarse por su pasado,
aproveche para vivir bien su tiempo presente»