de libertad que siento
cuando me quito la pesada
capa de críticas, miedo,
culpa, resentimiento
y vergüenza.
Entonces puedo perdonarme
a mi y perdonar a los demás.
Eso nos deja libres a todos.
Renuncio a darle vueltas
y más vueltas
a viejos problemas.
Me niego a seguir viviendo
en el pasado.
Me perdono por haber
llevado esa carga
durante tanto tiempo,
por no haber sabido
amarme a mi
ni amar a los demás.
Cada persona es responsable
de su comportamiento.
Así pues no necesito
castigar a nadie,
todos estamos sometidos
a las leyes de
nuestra propia conciencia,
yo también.
Continúo con mi trabajo
de limpiar las partes
negativas de mi mente
y dar entrada al amor.
Entonces me curo.