Pensamientos al aire 2

Convierte tus adversidades en ocasiones de prosperar.

Tus éxitos no están determinados por circunstancias fatales, sino que regularmente, son el fruto de tu trabajo inteligente y tenaz.

Cuando cometas un error, no te frenes quejándote del descalabro, o justificando tu desacierto, ni permanezcas en el remolino de la amargura, que te hunde en el abismo oscuro y asfixiante del pesimismo; más bien, aprovecha tal experiencia para construirte, construyendo, de nuevo, tus obras y abriendo paso a tus iniciativas.

«Lánzate con valor y encontrarás fuerzas inesperadas a tu favor!»

Basil Kink

«En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.»

Oscar Wilde

Otro
Paseaba un día en la mañana, con mi padre, cuando él se detuvo en una curva en medio de una carretera vieja, con poca fluencia de vehículos y de gente, eso fue lo que observaba en ese momento, y después de un espacio de silencio me preguntó mi padre:
¿Andrés, además del cantar de los pájaros, el radiante sol, el olor de las rosas que están mas allá de la montaña escuchas alguna otra cosa más hijo mío?
Vi hacia mi alrededor y después de algunos segundos le respondí:
Estoy escuchando el ruido de una carreta, padre.

Así es – dijo mi padre-
Es una carreta que se encuentra vacía hijo. Pregunté a mi padre:
¿Cómo sabes que es una carreta vacía, sí aún no la vemos papá? Entonces mi padre me respondió:
Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido Andrés. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
Paso el tiempo, transcurrió los años, mi padre se me fue, a un viaje muy lejos, me convertí en adulto, y hasta hoy en día, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todas las personas a su alrededor, siendo inoportuna o a veces muy violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente, creyéndose mas que los demás seres humanos, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
«Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace».
La humildad consiste en la vida callar las virtudes que llevamos por dentro y darle paso a que los demás las descubran. No es fácil encontrar la humildad, pero es un trabajo que debemos hacer, día tras día, por eso hay que recordar siempre esto, y darnos cuenta que existen personas tan pobres de alma, que lo único que tienen es dinero.
Y ningún ser humano se encuentra más vacío que, aquel que está lleno de egoísmo, de envidia y de rencores, que no llevan a nada.
Es por ello que dentro de esta corta vida, donde estamos de paso, tenemos que valorar cada segundo de ella, es entonces cuando me di cuenta que envejecer en la vida es una etapa obligatoria, pero que tener la madurez que buscamos, esta en cada uno de nosotros, es decir, es opcional.
Rula, rula, ruliña

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