Un sueño, una utopía para muchos.
Para otros, una realidad que solo espera su momento ideal para aparecer en el horizonte.
En realidad, creamos un mundo nuevo siempre cuando tenemos pensamientos positivos, amor en el corazón hacia los demás y respeto por la naturaleza.
Pero, fácilmente lo podemos destruir; así que, hay que tomar mucho cuidado.
Sin embargo, para crear un mundo nuevo, hay que desarrollar una mezcla de amor y desapego por el mundo viejo; no se puede crear un mundo nuevo, mientras el viejo todavía permanezca.
Así que, hay que entender la situación actual en la que vivimos y mirar hacia delante, al momento en que el sol venga definitivamente a terminar la noche oscura.
Construir, imaginar, es el destino.
Reflexionemos un poco:
Rula, rula … ruliña