Retomando

Bueno, llevaba muchos días amig@ caminante sin reemprender el camino.
Gracias por tu apoyo en los momentos en que parece que todo gira y gira y vuelve a girar sin un rumbo que parece que no tiene fin, como una espiral que se va abriendo hacia el infinito.
No creas que enfrentarse a los desánimos no tiene su costo. Antes bien parece que hayas estado llevando la bola del mundo a cuestas uno y otro día. Y las horas, sí que pasan lentamente.
A pesar de todo siempre existe un punto de luz.
Quizá inconscientemente no querramos salirnos de nuestro malestar, o tal vez conscientemente nos recreemos una y otra vez en ese no bienestar para sentirnos como perritos apaleados buscando una mano tendida.
¿Me entiendes?
Es la búsqueda del mimo por el mimo, pero también las ganas de sentirte vulnerable.
Y hace bien el que otros te «curen las heridas».
Tener a tu lado al enfermero o a la enfermera que amorosa, dulce, delicadamente te da un bálsamo que recubre tu piel, es una sensación agradable y hasta necesaria.
Es el encuentro con tu ser herido que necesita curación. Y al mismo tiempo necesita el encuentro que un mismo.
Pero ahora te digo, voy a volver, aunque no sea tan continuado, pero en una línea, la que me pediste amig@ caminante. Voy a reflexionar por algún tiempo sobre la comunicación.
Rula, rula, ruliña …

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