Comienzo la serie de la Comunicación con una cosa que leí hace tiempo y que he vuelto a encontrar por la red.
Quiero que sepas que «no hay nada nuevo bajo el sol», pero que todos podemos transformar lo que tenemos delante de nosotros mismos, si nos lo proponemos. Y como me decía alguien hace mucho tiempo: La comunicación es un arte.
¿PODRÍAS ESCUCHARME ?
Cuando te pido que me escuches y empiezas a darme consejos,
no haces lo que te pedí.
Cuando te pido que me escuches y empiezas a decirme el porqué yo no debería sentir de esa forma,
tú estás metiéndote con mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú sientes que tienes que hacer algo para solucionar mi problema,
tú me estás fallando, por extraño que parezca.
¡Escúchame¡.
Lo que yo te he pedido es solo que me escuches, no tienes que hablarme, ni hacer nada.
Solo escucharme.
Dar consejos es barato , lo consigues en cualquier programa de radio o televisión.
Yo puedo hacer por mí mismo . Yo no soy un inútil.
Quizás estoy desanimado o cansado, pero no soy incapaz.
Cuando tú haces algo por mi que yo puedo hacer por mi mismo,
tú estás contribuyendo a mi sensación de miedo y de no estar bien.
Pero cuando tú puedes aceptar el simple hecho de que yo sienta lo que sienta, no importa cuán irracional sea, entonces yo puedo parar de querer convencerte y usar mi energía para explorar lo que hay detrás de mis emociones .
Cuando esto está claro las respuestas son obvias y yo no necesito consejo.
Los sentimientos irracionales tienen sentido cuando entendemos lo que hay detrás de ellos.
A lo mejor es por esto que las oraciones a Dios funcionan,
pues Dios es mudo y no trata de dar consejos o arreglar situaciones.
El/ella simplemente escucha y te deja hacer tu trabajo tú solo.
Por lo tanto, por favor, solo escúchame.
Y si quieres hablarme, espera un minuto a tu turno y yo te voy a escuchar.