Algo interesante sobre el cortejo del lobo
El instinto reproductivo conduce a los lobos jóvenes fuera de sus manadas de nacimiento, yendo en busca de pareja y territorios. La dispersión ocurre en todos los momentos del año, siendo típicamente de lobos que han alcanzado la madurez sexual en la época de reproducción anterior.
Durante la época de apareamiento, la reproducción hace que los lobos sean muy cariñosos anticipándose al ciclo de ovulación femenino. (¡Cuánto tenemos que aprender los hombre sobre ello!)
En general, la tensión en las manadas crece ya que cada lobo maduro se siente impulsado a aparejarse. Bajo circunstancias normales, una manada solamente puede mantener a una camada por año, por lo que el dominio de los lobos alfas es beneficioso a largo plazo.
Cuando la hembra alfa está en oestrus, lo cual ocurre una vez por año y los últimos 5-14 días— ella y su pareja pasarán una gran cantidad de tiempo aislados. (Necesitan tiempo, espacio y soledad para vivir intensamente su amor)
Las feromonas en la orina de la hembra y el hinchamiento de su vulva informarán al macho de la situación de la hembra. Ésta no es receptiva los primeros días del oestrus, durante los cuales perderá el forro de su útero.
El macho montará a la hembra firmemente por detrás. Tras lograr el coito, los dos forman una cópula una vez que un tejido eréctil del macho localizado cerca de la base del pene se hincha y los músculos de la vagina de la hembra se aprietan.
La eyaculación se induce con los empujes de la pelvis del macho y la ondulación del cuello uterino de la hembra. Los dos estarán físicamente unidos entre 10-30 minutos, durantes los cuales el macho eyaculará múltiples veces. Tras la eyaculación inicial, el macho levanta sus patas por encima de la hembra; se cree que es una medida defensiva. El ritual de apareamiento se repite muchas veces a lo largo del breve periodo de ovulación de la hembra.
El instinto reproductivo conduce a los lobos jóvenes fuera de sus manadas de nacimiento, yendo en busca de pareja y territorios. La dispersión ocurre en todos los momentos del año, siendo típicamente de lobos que han alcanzado la madurez sexual en la época de reproducción anterior.
Durante la época de apareamiento, la reproducción hace que los lobos sean muy cariñosos anticipándose al ciclo de ovulación femenino. (¡Cuánto tenemos que aprender los hombre sobre ello!)
En general, la tensión en las manadas crece ya que cada lobo maduro se siente impulsado a aparejarse. Bajo circunstancias normales, una manada solamente puede mantener a una camada por año, por lo que el dominio de los lobos alfas es beneficioso a largo plazo.
Cuando la hembra alfa está en oestrus, lo cual ocurre una vez por año y los últimos 5-14 días— ella y su pareja pasarán una gran cantidad de tiempo aislados. (Necesitan tiempo, espacio y soledad para vivir intensamente su amor)
Las feromonas en la orina de la hembra y el hinchamiento de su vulva informarán al macho de la situación de la hembra. Ésta no es receptiva los primeros días del oestrus, durante los cuales perderá el forro de su útero.
El macho montará a la hembra firmemente por detrás. Tras lograr el coito, los dos forman una cópula una vez que un tejido eréctil del macho localizado cerca de la base del pene se hincha y los músculos de la vagina de la hembra se aprietan.
La eyaculación se induce con los empujes de la pelvis del macho y la ondulación del cuello uterino de la hembra. Los dos estarán físicamente unidos entre 10-30 minutos, durantes los cuales el macho eyaculará múltiples veces. Tras la eyaculación inicial, el macho levanta sus patas por encima de la hembra; se cree que es una medida defensiva. El ritual de apareamiento se repite muchas veces a lo largo del breve periodo de ovulación de la hembra.
Y en ese ritual ambos dos se unen en uno solo para crear vida, para crear y recrear la manada, aunque los lobeznos desaparezcan o mueran una y otra vez… ellos seguirán intentándolo…
El encuentro de dos seres es el encuentro de una sola vida que se quiere compartir y transmitir, es el encuentro de dos caminos en uno solo, es el momento de úno mismo…
Rula, rula, ruliña…