A veces el deseo se confunde con la propia realidad.
Deseo y realidad se transforman para dar cabida al camino que pronto se comienza a recorrer y que nos permite adentrarnos en las posibilidades del otro o de los otros.
Este encuentro lo que significa es la propia renuncia para acariciar el camino y al otro en un momento, en un instante, que parece futil pero que permanece ya para siempre, porque dejamos de ser uno mismo para convertirnos en un nosotros.
Este dejar de ser yo para convertirse en un nosotros puede ser doloroso, pero si se construye, el camino se hará más liviano, más acogedor, más tu mismo, aunque creas que no va a ser así.
Amig@ caminante deseo prolongarme en un nosotros para construir el futuro que ya está siendo presente y continuamente actualizandose.
¡Vamos a cuerpo! a dejarnos de nuestros miedos ilusiorios para ser ya señores de nuestras propias realidades.
Rula, rula, … ruliña
PD
Estoy pensando en un exlibris… ¡Sorpresa!