Abrazos amorosos
Amig@ caminante sabes que guardo todas aquellas cosas que me gustan o que creo que puedo utilizar para animar las charradas del camino.
Hoy me he encontrado un email que me habla de los abrazos amorosos, yo tení por ahí otro que me enviaron hace tiempo y que no me resisto a copiartelo. ¡Ahí va!
¿Qué hacer cuando al final de un día cargado de tensiones y desgaste nos encontramos cara a cara con nuestra pareja, o cuando amanecemos deprimidos y temerosos de que el nuevo día traiga más de lo mismo ?.. ¿Cómo acceder a la paz interior, la unidad, la alegría, el contacto corporal, la sensualidad, el placer y el optimismo? ¿Es posible?
El espacio en que vivimos, lo que llamamos la cultura de nuestro tiempo , que abarca la totalidad de la creación individual y social, más el acumulado del tiempo precedente, no sólo tiende a imponernos un estilo de vida, sino que impregna cada momento de nuestro acontecer cotidiano.
Vivimos bajo una presión externa enorme, que nos guste o no nos guste, afecta nuestra existencia. Vivimos a una velocidad que por lo general no escogemos (salvo cuando queremos huir de nosotros mismos) y que se nos impone y altera nuestros ritmos vitales. Vivimos con una angustia y ansiedad que muchas veces son ajenas, y que siempre hacen daño. Todo ello afecta de una u otra manera la intimidad: nos roba intimidad, nos separa del lado más amoroso de nuestra vida, y en muchos casos desgasta o crea un abismo en las parejas sin anillos, o los matrimonios con anillos .
¿Es posible sustraerse a esta cultura y vivir en una torre de cristal? ¿Hay que escapar a una isla y vivir en un mundo irreal? Sí, pero se llama psicosis. No es sano. El tantrismo ve con humor las soluciones mágicas, porque sustenta una visión realista del ser y de su entorno: vivimos donde y cuado nos toca, no estamos ni en otra galaxia ni en otro tiempo. Somos parte del cosmos, que es un infinito sin límites de ningún tipo, y en ese sentido somos mucho más de lo que siquiera imaginamos: nada nos limita. Pero en este momento estamos aquí y ahora, y en muchos aspectos podemos concebir y vivir la libertad, sobre todo en la intimidad, en el territorio del amor. Y ese es el mejor de los principios: muchas otras cosas llegan por añadidura.
Libertad… ¿De qué podemos liberarnos? Es simple, el Tantra nos propone liberarnos de lo que nos agobia, de lo que nos aparta de la convivencia amorosa, de lo que atenta contra la pareja en la que nos realizamos plenamente. Es imposible resumirlo todo en dos cuartillas, pero al menos quiero referirme a un aspecto que como ejemplo- resulta esclarecedor: el encuentro amoroso, el abrazo amoroso de cada día.
Por lo general, al final de un día inevitablemente agitado, saturado de cosas profanas que hay que resolver, presiones que cargamos, problemas que aguardan en la lista de espera, nos reunimos con nuestra pareja: nos acercamos el uno al otro con mucha tensión, casi al borde de otro cortocircuito. No es el encuentro de los novios que se bañan, se visten y engalanan para correr el uno hacia el otro con frenesí. Casi siempre es el regreso al puerto de una nave maltratada por la tormenta, que requiere reparación, sanación. Y ese es el momento en que tenemos una opción maravillosa, tántrica, para reparar, sanar y disfrutar.
Si concebimos el sexo como un tour a una isla encantada, en que todo es maravilloso y no hay ni crisis ni conflictos, tal vez podamos disfrutarlo una vez cada seis meses; pero si lo concebimos como un abrazo mágico, en el que podemos diluir toda la carga del ego y las tensiones que le pertenecen, nos reencontramos a nosotros mismos en el otro, en ese otro en el que ya estamos. Nos sanamos y sanamos a nuestra pareja. Nos movemos del territorio de las presiones externas, a un espacio interior en el que nos liberamos de esas presiones negativas.
Si en lugar de decirnos no me toques , aléjate , me duele la cabeza , logramos decirnos ven a mi lado , toquémonos , reunámonos en la unidad a la que pertenecemos , cada noche será más hermosa, y cada amanecer será más cálido.
Si nos podemos ver como yo soy todos los seres y tu eres todos los seres, y somos uno , la cama deja de ser un tenso ring de boxeo, y se convierte en una plácida y placentera nave espacial con rumbo a las estrellas. No empecemos el día sin amor, ni lo concluyamos sin un abrazo profundo. Vivamos todo el día con el sabor de ese abrazo.
Es preciso trabajar la integración de la pareja, en el plano de su aceptación con todo lo que incluye, y en el marco de todos los procesos de sanación emocional que pueda requerir. Es cierto, hay parejas imposibles, que son aquellas en las que no hay amor; no son parejas: los acercó la fantasía, la proyección, la soledad, la ambición, o lo que fuera.
Pero para aquellas que se amen, el Tantra les propone convertir ese abrazo de todos los días en un asalto al cielo, un estilo de vida. El abrazo, suave y silencioso, muy prolongado, con la mente vacía y nuestro espíritu concentrado en él, es un bálsamo inigualable. Hacer la prueba.
¿Te ha gustado?… Pues a hacer la prueba ¿o no?
Rula, rula … ruliña