Decía en otra ocasión, amig@ caminante, que el camino se convierte en una dura pendiente.
Y eso ocurre en momentos determinados, cuando menos lo esperamos o cuando al recodo de un camino, le sucede una empinada cuesta que poco a poco se va convirtiendo en una desesperada ascensión hacia una diana, un objetivo, una meta marcada.
Me preguntas porqué desesperada ascension, y yo te contesto.
Es desesperada porque estas peleando contigo mismo y con los elementos y te es del todo imposible dejar de ascender. Si te paras , si te quedas en una piedra en el camino, la meta se va haciendo cada vez mas lejana.
Intentas construir contigo mism@ un solo sentimiento y te invaden todas las sensaciones del mundo, creando en tu cuerpo la desazón de la derrota. Es como si no pudieses seguir más, quisieras rendirte, pero la meta, el objetivo, la diana luce con luz propia y continuamente te está llamando.
Necesitas un descanso, agarrarte desesperadamente a tu compañer@ de camino y lanzarte como un poseso hacia tu destino: la felicidad…
Y no hay nada como reirse de si mismo o de lo que ocurre por ahí
Noticia aparecida en el New York Times (traducida)
Los directivos de una empresa de publicidad intentan averiguar por qué nadie percibió que uno de sus empleados estuvo muerto, sentado en su mesa, durante 5 días sin que nadie le preguntara qué le ocurría.
George Turklebaum, de 51 años de edad, que trabajaba como revisor en una empresa de Nueva York desde hace 30 años, sufrió un paro cardíaco en la oficina que compartía con otros 23 trabajadores. El lunes por la mañana llegó a trabajar, discretamente, pero nadie notó que no se marchó nunca hasta que sábado por la mañana el personal de limpieza preguntó qué hacía trabajando fin de semana.
Su jefe, Elliot Wachiaski, declaró: «George siempre era el primero llegar por la mañana y el último en marcharse por la noche, por lo que a nadie le pareció extraño que estuviera continuamente en su sitio sin moverse y sin decir nada. Era bastante reservado y su trabajo le absorbía».
Un examen post mortem reveló que llevaba muerto 5 días tras sufrir infarto. Resulta irónico saber que George estaba revisando unos manuscritos médicos cuando murió.
Por favor, de vez en cuando dale una palmadita en la espalda a tu compañero.
Y la moraleja de la historia:
No trabajes demasiado. Nadie se va a dar cuenta.
Bueno, sigamos caminando
Rula, rula… ruliña