La terapia familiar de enfoque sistémico destaca la importancia de los subsistemas que conforman la estructura familiar, ya que cada uno desempeña funciones esenciales para el desarrollo y el equilibrio de la familia. El subsistema conyugal, integrado por los miembros de la pareja, establece las normas y el estilo de comunicación de la familia. Su función principal es ofrecer apoyo, afecto e intimidad, influyendo en el bienestar emocional de todos los integrantes. El subsistema parental se centra en el rol de los padres como cuidadores y educadores, brindando protección, orientación y disciplina, y creando un entorno con normas y límites para el desarrollo saludable de los hijos.
El subsistema fraternal, que comprende la relación entre hermanos, es crucial para el aprendizaje de habilidades de convivencia como la cooperación, el respeto y la resolución de conflictos, además de ser el primer espacio de interacción con personas de la misma generación. Por último, el subsistema filial describe la relación de los hijos con los padres, permitiendo que los hijos exploren su identidad y autonomía mientras reciben apoyo y guía. En este contexto, los padres son figuras de autoridad que facilitan la transición de la dependencia a la independencia de sus hijos.